El origen, la energía, el sol, la calidez, lo integral, el equilibrio. Hoy se considera que la materia y la energía del universo estuvieron contenidas por una fracción del primer segundo del tiempo en una masa densa y caliente de algunos milímetros de diámetro.
Una explosión, la más grande de la historia, hizo que la materia y la energía se expandieran a gran velocidad. Conforme se enfrió la materia y disminuyó la velocidad de la energía, se pudieron integrar los primeros átomos.

Cuatro de ellos: carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, se combinaron para constituir moléculas complejas. Agua, carbohidratos, lípidos, proteínas y en especial ácidos nucleicos dieron origen a la vida; eventualmente, a la vida humana.

Así, los organismos vivos estamos constituidos por una parte del origen del universo. Es la combinación única de nuestras moléculas lo que nos da individualidad. Cada ser humano es único, irrepetible e íntegro: biología, emoción y comunidad nos configuran, incluso determinan nuestro destino.

Es posible optimizar la biología, las emociones y la interacción social de un niño para hacer más probable que se convierta en un adulto sano, emocionalmente equilibrado y autónomo.
Para nosotros, este es el fin auténtico y último de los cuidados de salud de un niño.